Protege tu negocio de las estafas más comunes, casos reales y cómo protegerte
Protege tu negocio online de las estafas más comunes Las estafas digitales son un riesgo creciente y …
leer másLas estafas digitales son un riesgo creciente y constante para cualquier negocio online, pero son especialmente perjudiciales para las pequeñas y medianas empresas. Cada mes, empresas de todos los sectores se enfrentan a intentos de fraude que buscan explotar vulnerabilidades en sus operaciones, causando pérdidas económicas y dañando su reputación. Para una gran compañía, un contratiempo en seguridad puede ser solo una molestia temporal, pero para un pequeño negocio, una sola estafa puede tener consecuencias devastadoras, afectando directamente a su estabilidad y crecimiento.
Hoy en día, la variedad de fraudes digitales ha evolucionado con la tecnología: desde correos electrónicos de phishing hasta complejos intentos de suplantación de identidad y estafas de pago. Los estafadores adaptan constantemente sus técnicas para engañar incluso a los usuarios más precavidos. Si tienes un negocio digital, probablemente ya hayas notado lo comunes que son estas amenazas. Desde falsas solicitudes de reembolso hasta intentos de acceder a tus sistemas de pago, las pequeñas y medianas empresas son blancos recurrentes de este tipo de ataques.
Vamos a ver algunos intentos de estafa reales a los que se enfrentan los negocios, sobre todo digitales, para ayudarte a reconocer estos patrones y prepararte para responder. Veremos cómo funcionan estos fraudes y compartiremos medidas prácticas para que puedas protegerte mejor. Ya sea que dirijas una tienda online, ofrezcas servicios digitales o cualquier otra actividad en el mundo digital, comprender estas amenazas es fundamental para salvaguardar tus ingresos y la reputación de la empresa. Pero antes vamos a ver cuáles son los tipos de ciberestafa más frecuentes.
En el entorno actual, donde los negocios online están en constante crecimiento, también lo están las tácticas de los ciberdelincuentes que buscan aprovechar cualquier punto débil. A continuación, antes de proceder con los casos reales vamos a ver algunos de los ciberdelitos más comunes que pueden afectar gravemente a las pequeñas y medianas empresas, y cómo estos ataques pueden poner en riesgo tanto sus finanzas como su reputación.
El phishing es una de las técnicas de estafa más frecuentes y efectivas. Consiste en engañar a los empleados o propietarios de un negocio para sustraer información sensible, como credenciales de acceso o datos bancarios; a través de correos electrónicos, mensajes o incluso llamadas telefónicas que puedan parecer legítimos. Para una PYME, caer en una trampa de phishing podría significar que alguien no autorizado obtenga acceso a sus cuentas, manipule información confidencial o realice movimientos financieros sin autorización.
Por ejemplo, el equipo de una pequeña empresa de diseño podría recibir un correo que aparentara ser de su proveedor de software habitual, solicitando la actualización de sus credenciales de acceso en un enlace proporcionado. Confiando en la veracidad del mensaje, uno de los empleados podría introducir los datos solicitados, permitiendo que los atacantes accedieran al sistema de la empresa y cambiaran las contraseñas. Esto provocaría no solo la pérdida de control sobre cuentas clave, sino también la posibilidad de que la información de sus clientes quedara expuesta, con el consecuente impacto en la confianza y en la reputación de la empresa.
Las PYME que realizan ventas online son especialmente vulnerables a las estafas de pago. Este tipo de fraude puede tomar varias formas: desde devoluciones falsas hasta el uso de tarjetas robadas para realizar compras que luego se revierten. Además, algunos estafadores podrían aprovechar las políticas de devolución para solicitar reembolsos de productos que realmente no devuelven, afectando a las ganancias del negocio.
Una tienda de ropa online, por ejemplo, podría recibir un pedido considerable que fuera pagado aparentemente con tarjeta de crédito. Después de enviar la mercancía, la tienda podría ser notificada de que el pago ha sido revertido porque la tarjeta utilizada era robada. Esto implicaría la pérdida de ingresos por el producto enviado y el asumir los costos de envío y devolución. Este tipo de fraude representaría un duro golpe al flujo de caja, especialmente cuando ocurre con frecuencia o en pedidos de alto valor.
En el fraude conocido como BEC (Business Email Compromise), los atacantes se hacen pasar por un miembro de la empresa ( como un gerente o un director) para solicitar transferencias de dinero o información confidencial. Este tipo de estafa es difícil de detectar, ya que los estafadores suelen estudiar el funcionamiento de la empresa y personalizar sus mensajes para que parezcan solicitudes legítimas. Además, con la tecnología de clonación de voz y/ó deepfake actuales, se vuelve cada vez más difícil distinguir entre una llamada real y una falsa.
Imagina que un administrativo en una pequeña agencia de publicidad recibiera un correo supuestamente enviado por el director financiero solicitando una transferencia urgente para cubrir un pago a un proveedor. Si el tono y los detalles del mensaje fueran creíbles, el administrativo podría realizar la transferencia sin dudar. Más tarde, la agencia descubriría que el correo era fraudulento y que la cuenta receptora no pertenecía al proveedor, sino a un estafador. En este caso, la pérdida de fondos afectaría la operatividad de la agencia y generaría conflictos internos en la empresa, lo que evidencia la importancia de verificar cualquier solicitud de transferencia, especialmente si es inusual o urgente.
Siempre, ante una solicitud de este tipo, es recomendable confirmar la autenticidad de la petición a través de otro canal de comunicación seguro, como una llamada telefónica al remitente. Esta práctica permite verificar que la solicitud realmente proviene de la persona indicada y no de un estafador que intenta aprovecharse de la situación. Contactar directamente a través de un medio alternativo, en lugar de responder al correo o mensaje recibido, ayuda a reducir el riesgo de caer en este tipo de fraude. En este tipo de mensajes es común que se transmita una sensación de urgencia para que la víctima actúe sin pensar, por lo que es importante mantener la calma y verificar la información.
El uso de malware y ransomware es una amenaza muy común. Los ciberdelincuentes pueden infectar los sistemas de la empresa a través de archivos adjuntos en correos o enlaces maliciosos, obteniendo así el acceso a información sensible o bloqueando el sistema solicitando un rescate.
El equipo de una pequeña agencia de marketing podría recibir un archivo adjunto de un supuesto cliente potencial que quisiera compartir información sobre un nuevo proyecto. Este archivo, sin embargo, podría contener ransomware, provocando que los sistemas de la agencia quedaran cifrados haciéndolos innacesibles. Los atacantes exigirían el pago de un rescate, y, sin una copia de seguridad adecuada, la agencia se vería obligada a tomar la difícil decisión de pagar para recuperar el acceso, lo cual afectaría su presupuesto y podría provocar retrasos en los proyectos de clientes. Pago que ni siquiera garantizaría la recuperación de los sistemas, lo que podría traducirse en una pérdida económica adicional.
La ingeniería social es una técnica en la que los atacantes manipulan psicológicamente a las personas para que revelen información sensible o realicen acciones perjudiciales para la empresa. Este tipo de ataques pueden ocurrir por teléfono, correo electrónico o incluso en persona, y suelen aprovechar la falta de formación en ciberseguridad.
En un caso común, un empleado de una tienda de ecommerce podría recibir una llamada de alguien que afirmara ser del soporte técnico del proveedor de su sistema de pagos. Podrían pedirle ayuda para “verificar la cuenta” solicitándole ciertos datos de acceso. Pensando que era una llamada legítima, el empleado podría proporcionar la información, lo que permitiría a los atacantes acceder a la cuenta y realizar movimientos no autorizados.
Conocer estos fraudes y entender su impacto es el primer paso para evitar caer en ellos. Ahora sí, vamos allá con los casos “reales”, y pongo reales entrecomillado porque se trata de ejemplos ocurridos en la vida real pero se han modificado, nombres, direcciones y otros datos para evitar posibles perjuicios.
Estos son sólo algunos ejemplos de intentos de estafa reales. No solo ilustran las tácticas comunes que utilizan los ciberdelincuentes, sino que también exponen la importancia de saber identificar las señales de alerta en cada caso.
Uno de los fraudes que suelen dirigirse a propietarios de negocios online y desarrolladores es la supuesta oferta de publicar aplicaciones de terceros en sus cuentas, con la promesa de un pago recurrente. Aunque la oferta puede parecer una fuente adicional de ingresos, estos intentos suelen esconder aplicaciones con malware o contenido malicioso que podría perjudicar tanto a la empresa como a sus clientes.
Ejemplo de mensaje recibido:
“Estimado Sr./Sra., me interesa usar su cuenta para publicar mi aplicación. Estoy abierto a alquilar con acceso de gestión y pagos mensuales o a comprarla directamente. Si alguna de estas opciones le resulta atractiva, por favor, contácteme por WhatsApp al +99 123-4567-8901. Me aseguraré de que el precio sea justo para ambos.”
Análisis del intento de estafa:
Aunque a simple vista parece una oferta legítima, existen varios factores de riesgo. En primer lugar, en caso de que la
aplicación contenga malware, los clientes que la descarguen podrían verse afectados, poniendo en riesgo la reputación
del negocio e incluso, el bloqueo de la cuenta con la consecuente pérdida de todos los activos en ella. Además, si se
ofrece un pago por el uso de la cuenta es que puedes permitirte publicarla tú mismo, por lo que la oferta de alquiler o
compra de la cuenta es sospechosa, ¿Quién querría publicar una aplicación en una cuenta que no es suya si no es para
fines maliciosos? Quizá podría llegar a interesar a alguien para aprovechar una cuenta con una buena
reputación pero es algo que ni se menciona en el mensaje, por lo que es más probable que se trate de un intento de
estafa para distribuir malware sin consecuencias para los ciberdelincuentes.
Otra estafa común es la oferta de una supuesta inversión de capital de una empresa internacional que parece estar interesada en financiar el negocio/proyecto. Los mensajes suelen tener un tono formal y utilizan nombres y términos financieros para transmitir credibilidad. Sin embargo, al examinar la oferta de cerca, se pueden detectar señales de advertencia claras, como el uso de una web de reciente creación, perfiles falsos o datos imposibles de verificar.
Ejemplo de mensaje recibido:
Asunto: RE: Proyecto de interés
“Estimado Sr./Sra., un banquero de inversiones de CashTrap Bank, el Sr. Money McScam, ha recomendado su proyecto a mi junta para su posible consideración en financiación. Considerando que su proyecto se alinea con los sectores de interés de mi junta, sería un honor conocer más sobre su proyecto para una posible inversión. Por favor, indique un momento conveniente para continuar la discusión en este sentido.
ILA FAKE MONEY
Principal Partner
Dubious Ventures Group”
Análisis del intento de estafa:
Al investigar esta oferta, surgieron varias señales de alerta. La primera y que más me llamó la atención, además de lo
escueto y genérico del mensaje, fue al acceder a la página web, allí me esperaba una plantilla con textos genéricos y
sin información detallada, acompañada de unas imágenes creadas por Inteligencia Artificial de una oficina con personas
deformadas y poco realistas. Este tipo de imágenes ha mejorado en realismo con el tiempo, pero aún es posible
detectarlas si se observa con detenimiento. Además, la empresa tenía un dominio creado hacía solo tres meses.
Busqué también los nombres de los supuestos ejecutivos de la empresa y descubrí que no tenían perfiles verificables en redes profesionales ni en internet; toda la comunicación parecía intencionalmente vaga. Una empresa de inversión legítima tendría una presencia en línea sólida y fácil de verificar, y no se comunicaría a través de correos electrónicos genéricos.
Este tipo de estafa aprovecha la necesidad de financiación que tienen muchas pequeñas y medianas empresas, buscando crear una atmósfera de credibilidad falsa y lograr que el propietario del negocio comparta información sensible o incluso que transfiera dinero bajo el pretexto de un “gasto inicial” de negociación.
Las colaboraciones con influencers son una herramienta de marketing efectiva para muchas empresas y creadores de contenido. Sin embargo, los estafadores aprovechan esta tendencia para ofrecer colaboraciones falsas, especialmente a empresas de tecnología y aplicaciones. En estos casos, se presentan como personas influyentes, proporcionando estadísticas atractivas de sus seguidores y una tarifa de colaboración aparentemente baja, con la intención de hacer que el propietario pague antes de que se realice algún trabajo.
Ejemplo de mensaje recibido:
“Hola, soy Scammy McFamous y tengo un canal de YouTube especializado en tecnología (reseñas de teléfonos, aplicaciones, etc.) con más de 250k suscriptores activos y 40 millones de visualizaciones. Me entusiasma proponer una colaboración contigo, que incluye la creación de un video promocional para tu app, donde explicaré a fondo sus características y cómo usarla, y añadiré el enlace de descarga en la descripción del video. El costo de esta colaboración es de 100 USD. Espero saber de ti pronto.”
Análisis del intento de estafa:
A primera vista, la oferta parece atractiva, pero existen detalles que levantan sospechas. Tanto la persona como el
canal existen y tienen una cantidad de seguidores similar a la mencionada, por lo que al recibirlo la primera vez pensé
que pudiera ser real. Como aconsejábamos antes en el caso de suplantaciones de identidad, traté de verificar con el
propio youtuber la veracidad de las comunicaciones enviándole un mensaje a través de sus redes, sin recibir respuesta
alguna. Puede no haberlo visto o simplemente no contestar, pero en este caso, la falta de respuesta es una señal en sí
misma: si una entidad se dedicase a vender sus servicios de promoción a través de internet, lo más probable es que
estuviera interesada en responder a las consultas de posibles clientes. Además, el precio propuesto es
significativamente bajo para un influencer de ese tamaño, lo que podría indicar que la oferta es falsa. Más tarde, al
recibir de nuevo el mensaje, igual que el anterior, sin modificar una coma, pude confirmar que se trataba de un intento
de estafa.
En este caso, los estafadores buscan aprovechar la popularidad de los influencers para engañar a las empresas y obtener pagos por servicios que nunca se realizarán.
Una estafa cada vez más común son los mensajes de “Trabaja desde casa” que prometen altos ingresos con poco esfuerzo. Los ciberdelincuentes se comunican a través de aplicaciones como Telegram o WhatsApp, presentándose como reclutadores ofreciendo pagos sustanciales por tareas sencillas, como publicar reseñas o hacer clic en enlaces.
Ejemplo de mensaje recibido:
"¡Hola! Estamos buscando personas que deseen aprovechar su tiempo libre para ganar ingresos adicionales. Este es un trabajo remoto, que puedes realizar en cualquier momento y desde cualquier lugar. Solo necesitas dedicar entre 30 y 60 minutos al día para ayudar a hoteles y restaurantes a mejorar su visibilidad y ganar entre 50 y 150 euros. ¿Te interesa?"
Análisis del intento de estafa:
Este tipo de mensajes suele acompañarse de promesas poco realistas, como ingresos de hasta 150 euros diarios por dedicar
solo unos minutos al día. Aunque la oferta puede parecer tentadora, los estafadores generalmente solicitan información
personal, como nombre y edad, con el pretexto de avanzar en el “proceso de selección”. En algunos casos, una vez
establecida la comunicación, piden pagos iniciales para acceder a la “plataforma de trabajo” o solicitan datos
financieros con excusas para enviar el pago. A menudo, tras recibir los pagos o información solicitada, los estafadores
desaparecen.
Este tipo de estafas se aprovecha de la necesidad de ingresos adicionales que muchas personas tienen utilizando la promesa de un trabajo fácil y remoto para atraer a posibles víctimas. Sin embargo, una oferta de trabajo legítima rara vez pedirá pagos iniciales o datos financieros en fases tan tempranas del proceso. Además, basta con realizar una pequeña búsqueda para comprobar que la empresa de la que dicen contactarte ni siquiera existe.
Actualmente, la cuenta desde la que se enviaron las comunicaciones ha sido eliminada, lo que confirma que se trata de un fraude, ya que una empresa legítima o un representante de la misma no eliminaría su cuenta de un día para otro.
Las estafas digitales representan un riesgo significativo y cada vez más común para las usuarios y empresas, especialmente en un entorno digital donde las oportunidades de negocio están más al alcance que nunca, pero también los peligros. Aunque algunas de estas técnicas de fraude pueden parecer simples o evidentes a primera vista, la sofisticación y creatividad de los estafadores se adaptan constantemente, buscando explotar cualquier descuido.
Proteger tu negocio implica no solo estar informado sobre estos fraudes, sino también implementar prácticas de seguridad efectivas. La educación continua y la capacitación del equipo, así como el uso de herramientas de ciberseguridad, pueden marcar la diferencia a la hora de detectar intentos de fraude. Establecer procedimientos claros para verificar la autenticidad de ofertas y colaboraciones es otro pilar fundamental en la prevención de estafas.
Finalmente, recuerda que la clave para evitar caer en estos fraudes es mantener una actitud crítica ante cualquier propuesta sospechosa y buscar siempre fuentes de información confiables. Aunque los riesgos en el mundo digital son inevitables, estar bien preparado te permitirá proteger tus recursos y centrarte en el verdadero crecimiento de tu negocio. Espero que esta información te haya sido útil y te ayude a protegerte ante futuros fraudes, recuerda que la seguridad digital es una responsabilidad compartida y que la prevención es siempre la mejor defensa.
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