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leer másProgramar ≠ Crear un producto. Más allá del algoritmo
mar. 1, 2025
¿Alguna vez has construido algo con la certeza de que sería un éxito… solo para darte cuenta que al final nadie lo usa? Hoy, vamos a cambiar un poco el tercio y vamos a hablar de algo que me parece muy interesante y que, a menudo, se “confunde”: la programación y el producto. ¿Cuál es la diferencia entre programar y crear un producto? ¿Por qué es importante diferenciarlos? ¿Qué papel juega cada uno en el desarrollo de software? Aunque para algunos es algo obvio, puede no serlo tanto, sobre todo al principio. ¡Vamos a verlo!
He visto buenísimos programadores fracasando en la creación de productos y otro tipo de programadores triunfando con ellos. La diferencia radica en que, para crear un producto, hacen falta unas habilidades que no siempre reciben la atención que requieren durante el proceso de formación, sobre todo, cuando uno viene de estudiar programación o ingeniería informática. Comunicación, diseño, marketing, estrategia de negocio, economía, liderazgo, toma de decisiones, etc.
Personalmente lo he aprendido, como quién dice, por las malas, son varios los proyectos que están guardados en el cajón del olvido, son muchos los motivos, cada uno de ellos tiene su historia. La falta de conocimientos en algunos ámbitos, la falta de experiencia, la falta de recursos, la falta de tiempo, etc han sido algunos de los motivos por los que algunos de mis proyectos no han tenido la tracción que hubiera deseado, pero todos, absolutamente todos y cada uno de ellos han supuesto un nuevo paso en la transformación de mi persona como programador hacia emprendedor.
Empecé creando una aplicación para mi mismo, una aplicación que me permitiera llevar un control de mis horas de trabajo para poder entregar el resumen a final de mes y al final se ha convertido en el producto que me proporciona la mayor parte de mis ingresos. Sin darme cuenta, estaba dando el primer paso como creador de productos.
Es en gran parte, en lo que fallamos muchos programadores cuando empezamos, nos da igual la parte de negocio, el producto en sí, nos centramos en la parte técnica, en la programación pero, conocer esas partes que no son intrínsecamente de nuestro ámbito pero son parte del negocio, al fin y al cabo, son las que nos pueden proporcionar una ventaja extra sobre nuestros competidores. Al final, ya sea trabajando por cuenta ajena o cuenta propia, se trata de crear, mantener, mejorar un producto que sea valioso para sus usuarios, si nos desprendemos de toda esa parte que no nos suele gustar, será difícil que el producto llegue a buen puerto.
Una aplicación sin usuarios vale lo mismo que un reloj sin agujas.
La programación es una habilidad técnica que se puede aprender y mejorar con la práctica. Es el proceso de escribir código para crear software. Crear un producto es un proceso mucho más amplio que implica la identificación de un problema, la creación de una solución y la entrega de valor a los usuarios. La programación es solo una parte del proceso, es importante, muy importante, por supuesto, pero no es lo único que importa.
Es por eso que, normalmente, se hacen estudios de mercado, se estudia el público objetivo entre otros muchos factores antes de lanzar un producto al mercado. Es importante tener en cuenta que, aunque tengamos una idea genial y la implementemos de forma perfecta, si no hay un mercado para ella, no tendrá éxito.
Lo bueno de la programación es que nos proporciona las herramientas necesarias para desarrollar un software, gracias a ello podemos, sin demasiado coste financiero, crear prototipos y MVP (Mínimo Producto Viable) para validar nuestras ideas, nos proporciona la agilidad necesaria para iterar rápidamente y adaptarnos a los cambios del mercado. Es una de las pocas disciplinas en las que puedes crear algo tangible y aportar valor al mundo sin necesidad de gastar grandes cantidades de dinero, desde la comodidad de tu casa.
WorkIO ya tiene más de 10 años de vida, ha pasado por muchas fases y sigue evolucionando. Pero dime, ¿estarías dispuesto a dedicarle 10 años de tu vida a un solo producto? ¿A mantener la misma ilusión, la misma pasión y las mismas ganas desde el primer día? No es fácil, pero si uno cree en su producto y en su visión, es posible, sólo que, igual, no es para ti.
El código es efímero, el producto, mejor si es duradero, cuando uno traslada una idea a la práctica a través de la programación, por lo general, lo hace con un objetivo, ya sea económico, social, personal, etc. Normalmente serán objetivos a medio o largo plazo, por lo que es importante tener en cuenta que el código que escribimos hoy, puede que no sea útil dentro de un tiempo. Por eso mejor no obcecarse con las herramientas, lenguajes, etc y centrarse en el objetivo primordial, un buen producto.
Pero son muchos más los factores a tener en cuenta, crear un producto significa sostenerlo, mejorarlo y hacerlo crecer. Para ello, hay que estar dispuesto a aprender, adaptarse y, sobre todo, tener paciencia sin rendirse.
Ya que, uno de los grandes problemas a la hora de crear un producto es la falta de paciencia, la mayoría de la gente espera resultados inmediatos y, cuando no los obtiene, se rinde. Crear un producto es un proceso largo y complicado, lleno de altibajos, pero si uno es persistente y trabaja duro, al final, puede obtener grandes recompensas.
No subestimes al marketing, por mucho que nos pese, es una parte fundamental del producto y cómo lo gestiones supondrá la diferencia entre el éxito y el fracaso, incluso, se me ocurre decir que, puedes crecer sin marketing, pero será muy lento. Hay muchas formas de hacer marketing y no todas tienen porqué ser campañas de pago, aunque, en la mayoría de los casos, es necesario invertir dinero para obtener resultados rápidos, aunque también puedes hacerlo de forma orgánica, a través de las redes sociales, el SEO, el email marketing, etc.
Cada producto es único. Las enseñanzas de un fracaso o un éxito siempre suman, pero nunca garantizan el éxito en el siguiente proyecto. Cada producto es un mundo y, aunque puedas aplicar algunas enseñanzas, siempre habrá factores que no podrás controlar y que pueden equilibrar o desequilibrar la balanza.
Rodearse de personas expertas en otros ámbitos es fundamental, siempre que sea posible, son muchos los conocimientos necesarios en múltiples ámbitos más allá de la programación que, difícilmente, uno sólo puede abarcar por lo que es importante buscar e intentar rodearse de personas que puedan cubrir los agujeros de esos conocimientos que nos faltan.
Como comentaba antes, no todo el mundo quiere convertirse en emprendedor ni pasarse al lado del negocio. Pero, sea o no tu caso, tener en cuenta estos aspectos te ayudará a comprender mejor el proceso de creación de productos, tomar mejores decisiones y tener una visión más amplia.
Crear un producto es mucho más que escribir código. Es entender a tus usuarios, aprender sobre negocio y estar dispuesto a adaptarte constantemente. La programación es una herramienta poderosa, pero sin estrategia, visión y paciencia, el mejor código del mundo puede quedar en el olvido. Si realmente quieres que tu producto tenga impacto, necesitas pensar más allá del código.
Yo he cometido muchos errores durante mi aventura como emprendedor, errores de los que uno no es consciente hasta incluso pasado un tiempo, de todos se aprende, pero, si pudiera darte un consejo, sería que no tengas miedo a fracasar, que no tengas miedo a pedir ayuda, que no tengas miedo a rodearte de personas más inteligentes que tú, que no tengas miedo a equivocarte. Es algo inevitable, pero también es lo bonito de la creación de productos, paso a paso uno va acercándose a su objetivo, mejorando en cada iteración.
Pero sobre todo, ¡Happy Coding!